AMLO
miércoles, enero 21, 2009
Obama sube, mercados bajan
Los mercados no le dieron respiro a Barack Obama.
Mientras la gente seguía paseándose en torno al capitolio luego de asistir a la asunción del 44º presidente de los Estados Unidos, las acciones en Wall Street caían en un 4%, acompañadas por el resto de las plazas financieras del mundo.
En Europa las caídas se situaron en torno al 2% mientras que en América Latina los valores de las principales plazas financieras también registraron importantes pérdidas.
Las cosas no han cambiado hoy en el primer día de gobierno de Obama: Asia y Europa continuaron a la baja.
La historia y los líderes
Todo lo cual viene a demostrar que ni la historia ni la economía se van a dejar regir por el accionar de un hombre, por más poderoso o carismático que sea.
Dada la dimensión de la actual crisis económica estadounidense -que en un reciente artículo en el New York Times, el premio Nobel de economía Paul Krugman describió como muy cercana a la depresión del 30- Obama tendrá que mostrar sus cartas antes de que los mercados cambien su tendencia.
En el mundo la situación es doblemente compleja, porque las plazas financieras nacionales siguen por un lado lo que pasa en Wall Street y por el otro a las perspectivas económicas propias, sea de sus empresas o de la economía en su conjunto.
En ese sentido, las noticias no son alentadoras.
Esta semana la comisión europea pronosticó un crecimiento negativo del 1,8% para los 27 países de la Unión Europea en 2009.
En el Reino Unido, uno de los más afectados por la crisis, el gobierno lanzó el lunes un segundo rescate de los bancos, seguido por una caída estrepitosa de las acciones de las entidades financieras.
Y la agencia calificadora Standard and Poor le sacó a España la calificación de Triple A, es decir, el grado de máxima confiabilidad a la hora de pagar sus deudas.
Es cierto que hasta hace poco esta agencia calificadora le daba el Triple A a bancos como el Lehman Brothers hasta poco antes de su derrumbe.
Con lo cual quizá haya que leer su dictamen sobre España con el escepticismo del que al escuchar que el pronostico del tiempo dicen sol, saca el paraguas.
Todo lo cual no será consuelo para nadie en un año en que las economías del mundo vivirán al borde del precipicio.
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