Todos los días nos hablan de que la crisis nos viene del extranjero. Mentiras, la crisis nacional nos viene desde los ochenta del siglo pasado; lo de fuera es nomás para darnos el puntillazo por mensos. Desde que México firmó el TLC empezaron los problemas que se han venido agudizando paulatinamente a través de los años. En estos 25 o 30 años hemos perdido un tiempo precioso. Ahorita mismo estamos perdiendo un tiempo preciosísimo al no desvincularnos paulatinamente de los intereses extranjeros aprovechando las circunstancias internacionales, pero eso es mucho pedirle a esta sarta de políticos mexicanos ignorantes y apátridas hasta los huesos. Debíamos de haber construido refinerías suficientes, debíamos de haber promocionado la investigación superior, debíamos de haber construido nuestra propia tecnología, debíamos de haber organizado la educación básica y superior integral de calidad, debíamos de haber organizado el campo para tener soberanía alimentaria, y no solamente eso sino también nuestra soberanía tecnológica y económica. Pero los últimos gobiernos se dedicaron a malbaratar, regalar y robarse las empresas del estado, se dedicaron a despilfarrar los excedentes petroleros, se entregaron atados de pies y manos a las empresas trasnacionales, las mismas que están sacando los dólares del país para ayudar a sus matrices fuera del país con la consiguiente devaluación del peso y el encarecimiento de todo, absolutamente todo. Entregaron estúpidamente los bancos al extranjero. Se creyeron del consenso de Washington y lo aplicaron aquí a lo menso sin pensar que los gringos no la brincan sin huarache y el tal consenso era para beneficiarlos a ellos y sus trasnacionales y perjudicar a las empresas medianas y pequeñas del país. Lo mismo con el TLC; era para beneficiar a sus trasnacionales, nunca, pero nunca para beneficiar a México, salvo algunas empresas de políticos riquillos mexicanos ignorantes y voraces.
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