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La organización es importante...

domingo, julio 05, 2009

Con 33 votos a favor, y la abstención hondureña, se acordó apartar del organismo a Tegucigalpa. Foto: Miguel Ángel Álvarez/Notimex Al tiempo que la jerarquía de la Iglesia católica hondureña daba ayer su respaldo al golpe de Estado del pasado domingo y pedía a Manuel Zelaya que no regresara al país centroamericano, la Organización de Estados Americanos (OEA) decidía oficializar anoche, con 33 votos y una abstención (la del propio Honduras), la suspensión de Tegucigalpa como miembro del organismo. En Honduras, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez apareció en las televisiones y emisoras de radio para dar su respaldo a las nuevas autoridades y asegurar que “los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, están en vigor legal y democrático de acuerdo a la Constitución de la República”. La Iglesia estimó que “las instituciones del Estado democrático hondureño están en vigencia” y hasta llegó a hacer una interpretación de la Constitución para determinar si Zelaya era presidente o no en el momento en que fue sacado violentamente por los militares del poder y del país. Según el religioso, como el artículo de la Constitución que establece la imposibilidad de reelección del presidente señala que “quien proponga la reforma” de ese artículo “cesa de inmediato en el desempeño de su cargo”, Zelaya ya no era presidente cuando los militares lo sacaron en pijama de la casa. En un paréntesis y al cierre de la lectura del comunicado, Rodríguez hizo “un llamado al amigo José Manuel Zelaya” para que no regrese al país. “Pensemos si una acción precipitada, un regreso al país en este momento, podría desatar un baño de sangre. Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida. Hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor, medite, porque después sería demasiado tarde”, acotó. Zelaya ratificó que este domingo regresará a Tegucigalpa junto a “varios presidentes”, pidió a sus seguidores que lo vayan a recibir sin armas y a quienes lo derrocaron les advirtió que “están rodeados”. “Nos vamos a presentar en el aeropuerto en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales. Este domingo estaremos en Tegucigalpa abrazándolos, acompañándolos para hacer valer lo que tanto hemos defendido en nuestra vida, que es la voluntad de Dios a través de la voluntad del pueblo”, dijo en una alocución transmitida por la emisora Telesur. El gobierno de facto hondureño ha advertido de que si el presidente depuesto regresa al país, será detenido inmediatamente, ya que está acusado de abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y traición a la patria, entre otros delitos. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo ayer que la seguridad de Zelaya no está garantizada si regresa a su país, por lo que abogó por tratar de obtenerlas de los golpistas antes. “Existen riesgos, desde luego. Si me pregunta si es un regreso seguro, por supuesto que no lo es”, señaló el titular de la OEA durante el receso de la XXXVII Asamblea General Extraordinaria que finalmente suspendió a Honduras por el golpe de Estado del pasado domingo. La resolución que prevé la suspensión “inmediata” del gobierno de facto de Roberto Micheletti de acuerdo con el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana (CDI) fue aprobada mediante el voto a mano alzada. El artículo 21 estipula que la suspensión de un país miembro puede realizarse debido a una “interrupción inconstitucional del orden democrático de un Estado miembro y que los pasos diplomáticos se revelaron infructuosos”. Es la primera vez desde que lo hizo con Cuba en 1962 que la OEA opta por suspender a uno de sus miembros. En el encuentro estuvieron presentes el propio Zelaya, así como la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par uruguayo, Fernando Lugo, llegado a la sede del organismo poco antes de la reanudación del encuentro tras horas de negociaciones para adoptar la resolución final. Insulza, había afirmado con anterioridad, ante la XXXVII Asamblea General Extraordinaria, que el Gobierno de facto y la Corte Suprema de Honduras “no tienen ninguna disposición a modificar su conducta” para restituir a Zelaya, restaurar la democracia y el estado de derecho. Por lo tanto abogó por la suspensión de ese país de la OEA. “No existe alternativa” a dicha medida, afirmó, y consideró que “es más que suficiente”, dado que implica que esa nación centroamericana se quede sin la cooperación de “cantidad de países” en varios niveles y formas. Eso, dijo, “es bastante grave para un país como Honduras que es el tercero más pobre de América Latina”. La canciller de México, Patricia Espinosa, consideró ayer en Washington que la crisis de Honduras vive una situación “muy delicada” y no descartó que el tema pueda ser pasado al Consejo de Seguridad de la ONU. No al “chavismo”“Preferimos seis meses de sanciones a diez años de dictadura al estilo ‘chavista’”, afirma Alejandro Álvarez, vicepresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), que agrupa a 62 organizaciones empresariales. Álvarez señaló al diario brasileño Folha de Sao Paulo que no cree que haya sanciones económicas de EU, principal socio comercial del país. Para los empresarios citados por el rotativo, la presión internacional, incluiría sanciones económicas, durará sólo hasta el 29 de noviembre, cuando se celebren las elecciones presidenciales. Gobierno de facto planea el caos dice OrtegaEl presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó que los golpistas de Honduras planean provocar una situación de caos con apoyo de grupos paramilitares para “justificar un baño de sangre” a las puertas del regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya. Los militares hondureños “están organizando grupos paramilitares para” infiltrarlos en las manifestaciones de apoyo a Zelaya para que “disparen en contra de los que están defendiendo a los golpistas, para que disparen en contra incluso de los policías” para “justificar un baño de sangre en Honduras”, alertó Ortega, durante un multitudinario acto en Managua. “Dios quiera que no se produzca el anunciado baño de sangre y el presidente de Honduras (…) pueda retornar pacíficamente al país”, añadió. Ortega llamó a los golpistas hondureños a “reflexionar” para no cometer “un crimen” contra la población, porque “si lo hicieren esa misma sangre derramada los va... a enterrar a ellos”, advirtió. Según, el gobernante sandinista, los militares hondureños prevén, además, hostigar a Nicaragua, por lo que ordenó al jefe del ejército nicaragüense, general Omar Halleslevens, que tome “todas las medidas correspondientes para evitar todo tipo de provocación de parte de los golpistas”. Por su parte, el embajador nicaragüense ante la OEA, Denis Moncada, denunció, desde Washington, “planes macabros” de los sectores golpistas de Honduras para acusar a Nicaragua, Cuba y Venezuela de promover una agresión armada en su contra. (Managua/Washington/Agencias)Tegucigalpa/ Washington/Agencias

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