En México Siempre es 1968
En la Lucha Contra los Malos Gobiernos
Por Sirahúen Millán J.
En México, el 68 y el dos de octubre, siempre están vivos en la memoria de los mexicanos. En 1968, la inconformidad social por la falta de libertades democráticas y el autoritarismo era tal que cualquier chipa pudo encender la pradera; la torpeza de unos policías al pretender controlar una bronca derivada de un partido de futbol entre estudiantes de distintas escuelas hizo que la situación se saliera de control y aquello terminara en una represión desmedida no solo a los jóvenes que participaron en la trifulca, sino a profesores, transeúntes y contra todo aquello que respirara, se moviera o simplemente por ahí pasara.
Después la cerrazón de los jefes policiacos fue mayor que la de los policías iníciales al negarse a sancionar a los responsables de haber abusado de la fuerza pública. Así la situación fue In Crescendo en muy pocos días, pues entre más alta era la autoridad que intervenía para poner remedio al conflicto más crecía la protesta estudiantil, ya que cada jefe resultaba peor en torpeza que su subordinado. La estupidez de las autoridades y gobierno no paró, ni conoció límites hasta que se desbordó cuando el gorila mayor; el presidente Gustavo ‘la Changa' Díaz Ordaz (no es sarcasmo, así se le conocía tanto en las altas esferas de la política, como a nivel del pueblo de a pie) ordenó el asesinato de más de cuatrocientos jóvenes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco aquel fatídico dos de octubre.
Pero en esta ocasión no es la intención detallar los sucesos de aquel gran movimiento social, para ello el año pasado, con motivo de su cuarenta aniversario, Machetearte publicó una serie de más de veinte colaboraciones seriadas cronológicamente, que el lector puede consultar para conocer Como Fue el 68 Mexicano y su desenlace (edición1374, 19 de julio, 2008).
Hoy, es importante tomar conciencia de que en pleno 2009, a cuarenta y un años del movimiento estudiantil más grande de este país, las condiciones de autoritarismo y represión no solo no han cambiado, sino que se ven agravadas por los niveles de corrupción e ineptitud jamás antes alcanzados por parte de quienes administran el país (ya que no se puede decir que lo gobiernan) desde las altas esferas del poder político y económico.
Pero en la actualidad es importante también darse cuenta de que la única forma de rescatar la nación y detener su saqueo a manos de unas cuantas familias de mafiosos tecnócratas al servicio del Banco Mundial, es la organización ciudadana con una visión de lucha más amplia, orientada a construir un verdadero poder popular basado en la autogestión económica, el autogobierno político y la autonomía cultural, capaz de insubordinarse e insurreccionarse por todas las vías y en todos los ámbitos, no solo los armados.
En el preludio del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución mexicanas, la pradera está más seca que nunca y nuevamente cualquier chispita puede iniciar un gran incendio; un estallido social, pero en esta ocasión deberá ser con mucha organización y disciplina, para no ser víctimas a lo ingenuo.
Los mexicanos siempre hemos sabido decir no: en 1910, dijimos no al colonialismo imperial, en 1867, no al intervencionismo extranjerizante, en 1810, no a los regímenes dictatoriales, en 1968, no al presidencialismo autoritario, hoy, a un pequeño paso del 2010, es tiempo de decir NO al capitalismo neoliberal, para que caiga de una vez por todas y nunca más vuelva a existir ese nefasto engendro del mal.
Noam Chomsky en México: ¡Tiemblen los Poderosos!
Por Alfredo Velarde
En el (des)orden cotidiano de las cosas, la semana que pasó fue excepcional porque, más allá del tr á fago de asuntos que de relevantes a insustanciales prometían cumplir con el expediente de lo predecible (salvo el caso escandaloso del matón del metro Balderas ), por una sola razón de honda significación para la política y la cultura mexicana de las postrimerías de la primera década del siglo XXI: la distinguida visita al país del reputado y casi legendario lingüista norteamericano y contestatario crítico –amén de sumamente punzante y proactivo- activista de la izquierda anticapitalista contra sistémica, Noam Chomsky .
Pocas veces, los mexicanos tenemos la oportunidad de contar con la presencia en nuestras tierras de una personalidad del calibre y el peso específico del más importante lingüista vivo del mundo, pese a que el profesor del Massachussets Institute of Technology y autor de textos referenciales ya clásicos en el ámbito de su disciplina como El lenguaje y el entendimiento , Lingüística cartesiana, Estructuras sintácticas , Sintáctica y semántica en la gramática generativa y Problemas actuales en teoría lingüística , sea, con mucho, bastante más conocido por su larga trayectoria política y editorial de activa denuncia en contra de los afiebrados delirios a favor del ominoso capitalismo unilateral belicista y halcón de gran potencia, de parte del delirante y declinante, acaso la última expresión del convencional poder imperialista norteamericano.
Podría decirse sin exceso que, “para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo” , pues el importante intelectual norteamericano ha sido, con razón, el más despiadado crítico de los brutales excesos de sus gobernantes y de las más ultramontanas y recalcitrantes, reaccionarias y conservadoras políticas de su intolerante derecha que no tenemos empacho en denunciar como francamente criminal al seno de la política global. Chomsky, como poquísimos intelectuales críticos de sus respectivos tiempos históricos en el mundo, ha terminado por devenir, con irrecusables merecimientos propios, como la conciencia crítica y autocrítica de su existencial condición norteamericana. Y ello es digno de alabanza, máxime porque México, también, ha sido con regularidad un objeto recurrente de sus torales reflexiones crítico-políticas.
La meteórica visita de Chomsky a México, con el propósito de impartir unaConferencia Magistral en el inmejorable marco de la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM , fue motivo de regocijo por sus connotaciones de fondo, en ocasión del 25 aniversario del diario La Jornada , sin duda el mejor periódico de circulación nacional pese a sus inocultables contradicciones que en tiempos recientes y no tan recientes han llevado al periódico a poblar con regularidad sus páginas plagadas de inserciones pagadas por parte de algunas de las peores personalidades políticas del país, como el poblanogober precioso; el sátrapa gobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz; el muñeco de ventrílocuo y suspirante presidencial salinista, Peña Miento; el SNTE de la siniestraElba Esther; así como de atípica publicidad extraña a sus espacios, como la de El Palacio de Hierro en aras de la mercadotecnia, por cierto denunciada por Chomsky, por sólo señalar unos cuantos y lamentables casos ejemplares aquí, en medio del inconfeso veto al Subcomandante Marcos , y conductas lamentables en coyunturas específicas de su cobertura ante movimientos como el del CGH en la UNAM , por ejemplo, donde moneros y articulistas por igual, lo defenestraron pletóricos de mala fe, a favor de lógicas políticas extrañas a la izquierda genuina, como eso que hoy representa para la izquierda mexicana ese fiasco que se llama PRD . En cualquier caso, la invitación a Chomsky fue un acierto de los jornaleros, de cuya visita se encargaron algunas de las mejores plumas del periódico, como Luís Hernández Navarro, Hermann Bellinghausen, David Brooks y Blanche Petrich .
La conferencia de Chomsky, tal vez sorprendente y deslumbrante para los muchos jóvenes que se dieron cita en la Neza del CCU, para conocer en vivo de sus ideas por vez primera, sin embargo, recreó mucho de lo que ha configurado la larga, conocida y poliédrica zaga de su amplísima batería crítica contra la política exterior e interior estadounidense; contra el asimétrico, execrable e injusto orden económico global capitalista emergente; así como a favor de las luchas concretas que de norte a sur, y de este a oeste, pueblan el amplio mapa cartográfico de las insumisas multitudes insurgentes que cuestionan los poderes establecidos y sus inadmisibles principios de autoridad que deben ser demolidos y contra los cuales luchan, a favor de eso que Chomsky, con gran lucidez emancipadora ha definido en uno de sus notables trabajos de crítica política como “la quinta libertad” .
A reserva de remitir a los lectores de Machetearte a la esclarecida entrevista que La Jornada destacó en su página de política número 3, del pasado lunes 21 de septiembre, donde profirió un acta de acusación en regla contra la demagógica política del presidente Barack Obama , como rehén de los repudiables intereses que lo catapultaron al poder estadounidense, así como a las prácticamente 6 páginas del martes 22, conviene recomendar, en el caso de los jóvenes que apenas se sumergen en el conocimiento de la amplia labor teórica y editorial política a favor de las resistencias, de este sensacional intelectual anarquista del siglo XXI (algo que sospechosa y prácticamente nadie destacó), conviene leer, entre muchos otros trabajos, su breve folleto casi inencontrable sobre El Anarquismo , La segunda guerra fría , Los guardianes de la libertad , El miedo a la democracia y El nuevo orden mundial (y el viejo) .
Valgan pues las presentes referencias editoriales, como la posibilidad de iniciar la inmersión en este pensador alternativo, en tanto fuente inspiradora de las luchas que explican, por qué, para Chomsky, América Latina es la región del mundo más estimulante porque, pese a su dolida desigualdad, lucha y combate para que, un día, más temprano que tarde, otro mundo sea posible. ¡Tiemblen los poderosos que Chomsky estuvo aquí!
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